Hacía ya una semana de lo ocurrido y extrañamente casi se me
había olvidado, pero el destino siempre nos tiene preparado otro juego y en
este caso yo soy el peón de la partida. Esa mañana tenía prisa, desayuné con un
café del StarBurcks y en la puerta de la universidad se me cayó todo por encima
y casualmente gracias a él, al chico de los ojos azules.
Salí corriendo en dirección al baño, allí intenté disimular
la mancha de café pero al final opté por quitarme el suéter y quedarme con la
camiseta blanca que llevaba debajo. En clase, el profesor nos comentó que la
semana próxima iba a cambiarse un alumno a nuestra clase y luego continuó con
la monótona rutina de todos los días. En el camino de vuelta empecé a pensar
que lo que me estaba ocurriendo era propio de película o novela, pero estoy en
la vida real y aquí todo no es de color de rosa, ni existen los príncipes, ni
las hadas madrinas que te concedan deseos, en esta vida lo que se tiene hay que
ganárselo al no ser, claro está que seas el hijo mimado de una familia rica y
no se da el caso, así que es mejor que me vuelva a centrar en los estudios y
que corra que no voy a llegar a la cafetería, hoy me toca turno…
-¡Llegas tarde!
-Sólo 2 minutos
-Pues te quedarás 2 más al acabar tu turno.
-Por supuesto- dije con cara larga.
Esa es la mujer que hace que mi vida sea aún más difícil. Es
mi jefa y además la madre de una chica que iba conmigo a la escuela y se
dedicaba a hacerme la vida imposible, creo que ya se de quién ha heredado ese
poder. Y, que casualidad, allí estaban otra vez esos ojos azules...
Tienes, por lo que se ve, versiones de una misma idea. La idea la tienes en mente así que algo hay ahí, es buena y creo que puede dar mucho gancho. Debes unir conceptos, aquello con lo que tanteas. ¡Ya lo verás, te saldrá estupendamente!
ResponderEliminarPd: Vas a brillar más que una estrellita en el cielo.
No son versiones, es la historia continuada xD
EliminarGracias, espero seguir adelante.
Pd: eres muy amable cielo :)